El modelo 70-20-10 es una metodología que se centra en cómo los individuos adquieren habilidades y conocimientos en el entorno laboral. Su premisa principal es que el 70% del aprendizaje proviene de experiencias laborales prácticas, el 20% de interacciones y aprendizajes sociales, y el 10% restante de educación formal. Este enfoque enfatiza la importancia de aprender a través de la práctica y la colaboración.
Este modelo surgió de estudios realizados por el Center for Creative Leadership para entender cómo se producen el aprendizaje y el desarrollo en líderes corporativos exitosos. La aplicación de este marco ha sido adoptada por muchas organizaciones para mejorar el desarrollo de sus equipos mediante un enfoque que integra estas tres dimensiones del aprendizaje.
En el contexto del fundraising, la aplicación del modelo 70-20-10 puede transformar cómo se capacita al personal para optimizar sus habilidades de recaudación de fondos. El componente experiencial del modelo, que ocupa el 70%, implica involucrar al personal en proyectos de recaudación de fondos en tiempo real y desafiantes, lo que fomenta un aprendizaje directo en el trabajo, aumentando así su eficacia y adaptación a las situaciones reales del mercado.
El 20% del aprendizaje a nivel social puede implicar la implementación de programas de mentoría y coaching donde los recaudadores de fondos menos experimentados aprendan de la experiencia de sus colegas más experimentados. A través de la colaboración y retroalimentación, los equipos pueden compartir conocimientos y técnicas probadas.
Integrar el modelo 70-20-10 en los programas de formación de fundraising proporciona numerosos beneficios, entre ellos un desarrollo de habilidades más sólido y práctico. La experiencia obtenida directamente del campo de trabajo permite a los empleados aplicar técnicas de recaudación de fondos con mayor confianza y habilidad.
Además, fomentando el aprendizaje social y colaborativo, las organizaciones crean un entorno de trabajo más cohesivo donde el conocimiento fluye libremente entre los equipos. Esto no solo mejora las habilidades individuales sino que también fortalece el compromiso y motivación del personal al ver el valor directo de su aprendizaje en la práctica.
A pesar de sus beneficios ampliamente reconocidos, el modelo 70-20-10 ha enfrentado críticas, particularmente sobre la falta de evidencia empírica concreta que respalde la exactitud de sus porcentajes. Muchos argumentan que, aunque intuitivo, el modelo sobre-simplifica el proceso complejo del aprendizaje humano y podría no aplicarse de manera uniforme a todas las industrias o roles.
Además, medir y evaluar el aprendizaje informal y social es un desafío. A diferencia de la capacitación formal, que cuenta con directrices claras, el impacto real del aprendizaje experiencial y social puede ser subjetivo y menos documentado. Las organizaciones deben establecer métricas claras para evaluar la efectividad del aprendizaje en estas áreas.
La tecnología juega un papel crucial en la implementación eficaz del modelo 70-20-10, especialmente en el ámbito del fundraising. Las plataformas de e-learning y herramientas de aprendizaje social en línea facilitan la capacitación formal y social, optimizando las oportunidades de aprendizaje colaborativo y auto-guiado.
Además, las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la realidad aumentada pueden simular experiencias de aprendizaje en contextos controlados, preparando mejor al personal para situaciones reales sin mayores riesgos. Esto integra de manera más eficiente los aspectos del modelo, mejorando así la capacitación y desarrollo de habilidades en el fundraising.
El modelo 70-20-10 ofrece una estrategia equilibrada y efectiva para la capacitación en fundraising al centrarse en el aprendizaje a través de experiencias del mundo real, la interacción social y la educación formal. Es una herramienta valiosa para cualquier organización que busque mejorar sus capacidades de recaudación de fondos de manera sostenible.
Al implementar este modelo, las organizaciones pueden potenciar el aprendizaje continuo y adaptativo, promoviendo una cultura de desarrollo personal y profesional que beneficia tanto a los empleados como a la organización en su conjunto.
Para los gerentes y responsables de capacitación en fundraising, el modelo 70-20-10 no solo proporciona un marco para el desarrollo de habilidades, sino también una metodología para integrar el aprendizaje en el flujo de trabajo diario. La clave es establecer mecanismos para medir el impacto del aprendizaje experiencial y social, utilizando tecnologías adecuadas para rastrear y analizar el desarrollo de competencias.
Considerar las particularidades del equipo y personalizar la aplicación del modelo puede llevar al incremento de la eficacia en la recaudación de fondos al maximizar el aprendizaje en situaciones reales, fomentar el intercambio de conocimientos y asegurar que la capacitación formal sea relevante y actualizada.
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